Aunque la respuesta a la pregunta del título parece bastante obvia, o sea, que sí, eso está muy bien a nivel teórico, porque en la práctica a veces me queda la duda. Es algo bastante evidente que en los últimos años, añadir sexo a cualquier película se ha convertido en una tónica, y de hecho se pueden ver escenas cada vez más candentes y explícitas, siempre justificadas por un buen guion, por supuesto (aunque a veces sí y a veces no).
Por supuesto, las relaciones sexuales entre los protagonistas de una película siempre tienen tirón, y la pregunta es si la industria cinematográfica no abusará demasiado de ello en pos del éxito comercial. El cine porno es el gran apestado de esta industria, de hecho se ha creado una propia para la pornografía, pero la cuestión es que pocas personas en el mundo pueden decir que nunca lo han visto, y de hecho es lo que más millones mueve en internet. Es este un negocio demasiado lucrativo para ser ignorado, y se me ocurre que los nuevos cineastas deben estar pensando cómo aprovecharlo sin caer, según ellos, en algo tan bajo como hacer cine xxx.
Parece ser que la manera que han encontrado para hacerlo es crear una nueva categoría, el llamado «cine para adultos«. Sí, ya sé que esto no es nuevo, pero cuando se inventó, se trataban de filmes que no eran adecuados para cualquier público, y no sólo por el tema del sexo, sino por violencia, o por tratar cualquier temática conflictiva no apta para cualquier edad. Sin embargo, creo que ahora esta denominación se usa casi enteramente para definir películas con alta carga sexual, un elemento muy atrayente si se tiene en cuenta el éxito que tiene entre el público, como digo, la industria de la pornografía.
¿Dicen cine para adultos, cuando en realidad quieren decir cine porno? Casi puedo imaginar al equipo técnico de cualquiera de estas películas contestando: «No, por supuesto. Nosotros tenemos un guión bien estructurado, las escenas de sexo están totalmente justificadas por él, y los actores son profesionales perfectamente preparados y bla, bla, bla… «. Argumento trillado, o al menos a eso me suena a mí. Lo que es cierto es que a veces, ese supuesto guión es retorcido hasta no poder más para incluir las escenas sexuales, y que los actores, por muchos cursos y tablas que tengan, han sido elegidos porque en cámara dan de puta madre en el caso de que tengan que enseñar el culo, una teta, o una esculpida tableta de abdominales.
No nos engañemos, amigos: hoy en día el cine comercial, el erótico y el porno están íntimamente ligados, y casi se podría desear que se juntaran, y que de ahí saliera un producto totalmente satisfactorio para la gran mayoría de públicos.